Ya se está haciendo costumbre que el partido ARENA y el FMLN se unan en la Asamblea Legislativa para atacar al Gobierno de Nayib Bukele y utilizar el marco jurídico constitucional para sus propios intereses.
Atrás han quedado esos días de odio de clase y de ideologías políticas que, viéndolo desde una perspectiva más amplia, no significó en mejoras para la sociedad salvadoreña.
Esta vez, ambos partidos, han coordinado sus ataques a través de la Fiscalía General de la República para que investigue lo sucedido el pasado 9 de febrero.
Los diputados han arremetido contra el gobierno por el despliegue de seguridad que se llevó acabo ese día en la Asamblea Legislativa, en donde no hubo ni un acto de violencia.
Hemos visto como se han empeñado en utilizar los mecanismos juridicos y diplomáticos para tener en coyuntura dicho tema.
Sin embargo, no hemos visto ese ímpetu y esas energías cuando de proteger o mejorar la vida del pueblo salvadoreño se trata.
Por mencionar algunos ejemplos: Llevan años sin aprobar una ley general de agua. La ley de pensiones y la última reforma no significa mejoras para los trabajadores.
Pactos con criminales
Pero hay un claro y más reciente ejemplo: la revelación que ambos partidos negociaron con grupos criminales.
Hasta la fecha, no han ni siquiera pedido perdón, y sólo se han enfocado en que son ataques políticos y y que respaldan a los mencionados por la FGR.
Este caso, en otros países significaría: cárcel para los negociadores con criminales; cancelación de ambos partidos políticos y desafuero para los diputados vinculados. Pero en El Salvador no ha sucedido nada y, al parecer, no sucederá nada trascendental.
Esto demuestra como ambos partidos utilizan las leyes para sus propios intereses.
Ya deberían de dejar el drama de lo sucedido el domingo y ponerse a trabajar por cosas que sí importan.