Poniendo fin a una espera récord en la historia de la monarquía británica, ascendió al trono de inmediato tras la muerte de su madre, de acuerdo con la antigua máxima latina «Rex nunquam moritur» (el rey nunca muere).
Es probable que el nuevo rey elija llamarse Carlos, pero no tiene ninguna obligación de hacerlo.
«Podría sorprender y utilizar otro de sus nombres, como hizo su bisabuelo en 1901», explicó a la AFP Bob Morris, autor de varios libros sobre el futuro de la monarquía en el Reino Unido.
El misterio se despejará en las próximas horas cuando sea proclamado rey por un órgano ceremonial reunido en el Palacio de St James de Londres.
Su coronación, en una ceremonia única en Europa, tendrá lugar, en el mejor de los casos, dentro de unas semanas, una vez pasado el trauma de la muerte de Isabel II.