La competición inglesa ha decidido multar con tres años sin pisar un terreno de juego a un aficionado del Crystal Palace que realizó insultos racistas a Heung-Min Son, el pasado mes de mayo durante el final de la competición.
Inicialmente, tras declararse culpable de los hechos, el aficionado de los “eagles” fue multado con 1.384 libras esterlinas y 60 horas de trabajo semanales.
El club londinense siempre dejó clara su postura, considerando que el castigo no era suficiente. Gracias a ello y al trabajo de la Policía Metropolitana, se ha conseguido aumentar la sanción, según The Guardian.
“Agradecemos a la policía por su cooperación en este asunto. Nos gustaría reiterar que el club no tolera discriminación de ningún tipo y siempre buscará que se tomen las medidas más enérgicas posibles contra los responsables. Este caso demuestra que los delitos de odio en el fútbol no serán tolerados”, dijo Tottenham en un comunicado.