Las vacunas con las primeras dosis anti COVID-19, que llegaron a nuestro país el pasado miércoles, no solo contienen el medicamento producido por AstraZeneca y la Universidad de Oxford; sino que, además, poseen una fuerte dosis de esperanza y optimismo, que “los mismos de siempre” tratan de tergiversar.
Es realmente indignante ver como las mentes perversas de las cúpulas de poder que por años han tenido el control de El Salvador, siempre tratan de sacar tajada política para ellos y ahora resulta que nuestro Presidente Nayib Bukele debía esperar a que pasaran las elecciones para recibir las vacunas y empezar con la aplicación a nuestros héroes de primera línea, como si el virus pudiera ser puesto en pausa para evitar que siga matando a los salvadoreños.
Son increíbles las reacciones de estos políticos nefastos y de sus órganos de propaganda que juegan con nuestra salud; pues también dijeron que las vacunas habían sido donadas, que habían ingresado al país en secreto el 3 de febrero y desencadenaron una serie de señalamientos sin fundamento y otras falsas acusaciones que seguramente están planeando en su desesperación, de cara a los comicios electorales del próximo 28 de febrero.
Lo bueno es que ya no nos pueden mentir y todos estos ataques que han orquestado han sido desenmascarados por las mismas fuentes oficiales (la aerolínea que hizo el traslado, el primer ministro de la India, la farmacéutica y la OMS/OPS).
No fue fácil llegar hasta acá, nuestro Presidente ha trabajado duro por darnos una luz de esperanza al final del túnel. El proceso de adquisición ha sido muy azaroso y aunque las vacunas se desarrollaron rápidamente, en un primer momento, la posibilidad de acceso de la mayoría de los países se limitaba a las potencias mundiales.
Ahora, el medicamento, elaborado en la India, sede de grandes laboratorios manufactureros y que trabaja en coordinación con las principales farmacéuticas del mundo, es una realidad en nuestro país y ya ha sido distribuido a parte de nuestros héroes.
Los salvadoreños nos anotamos una victoria importante; ya que, en medio de esta batalla por conseguir las primeras dosis, El Salvador logró una compra. Cada día nuestro Gobierno trabaja por la vida y la salud de todos los salvadoreños, nos sentimos agradecidos con nuestro Presidente, pese a que los opositores no han parado de hacer lo mismo de siempre: bloquear y atacar.
Duele el corazón de saber como la vida de los salvadoreños, para ellos, sigue sin valer nada como lo han demostrado en los últimos 30 años ¡Dios los perdone!