Mientras exista un alto riesgo de contagiar un virus, es necesario entrenar la garganta para que reaccione ante el peligro, señaló en declaraciones a Sputnik el médico Vladímir Záitsev.
Los virus y las bacterias entran en nuestro cuerpo a través de las vías respiratorias superiores, incluyendo la garganta. En la faringe, tienen que pasar por el anillo de Waldeyer o un conjunto de estructuras de tejido linfoide, formado por amígdalas palatinas, linguales, faríngeas —también llamadas adenoides— y tubáricas.
Si la inmunidad de este anillo es buena, la infección se elimina, explicó a la agencia Záitsev, doctorando en Ciencias Médicas.
Y para mejorar la inmunidad de la garganta, el médico recomendó usar la llamada técnica escandinava: congelar en unos moldes pequeños el jugo de mango, de naranja, de limón o de pomelo y luego chupar estos cubitos.
«Hay mucha vitamina C en los cítricos que fortalece la membrana mucosa, y con el hielo entrenamos la parte posterior de la garganta, nuestro tejido linfoide», explicó el médico.
Es importante entender que esta técnica sirve solo para prevenir las enfermedades infecciosas y las inflamaciones del tracto respiratorio superior, pero en ningún caso se usa para tratarlas, advirtió Záitsev.
Tampoco es adecuada esta técnica para quienes sufren subatrofia y atrofia de la parte posterior de la garganta.