La cifra mundial de muertos por COVID-19 superó los dos millones este viernes, cruzando el umbral en medio de un despliegue de vacunas tan inmenso, pero tan desigual, que mientras en algunos países hay esperanzas reales de vencer el brote, en otras partes del mundo menos desarrolladas parece un sueño lejano.
La cifra impactante se alcanzó poco más de un año después de que se detectara por primera vez el coronavirus en la ciudad china de Wuhan. El número de muertos, recopilado por la Universidad Johns Hopkins, es casi igual a la población de ciudades como Bruselas, La Meca, Minsk o Viena.