El Salvador cumple este domingo un mes desde que el Ministerio de Salud (MINSAL) eliminó el uso obligatorio de la mascarilla, convirtiéndose en el primer país de América Latina en suspender el uso del cubrebocas, luego de más de dos años de pandemia.
Las medidas efectivas del Gobierno del Presidente de la República, Nayib Bukele para proteger a los salvadoreños desde el inicio de la pandemia como el priorizar la vacunación, la entrega de kit de medicamentos a pacientes que resultaron positivos, entre otras estrategias permitieron la reducción sostenida de contagios por COVID-19, cuyo promedio continúa en menos de 12 casos positivos diarios.
Durante 21 días de mayo, Salud registró 18 días sin muertes por COVID-19, contabilizando tres días con decesos. Este es el mes que se reporta menor número de fallecidos desde el inicio de la pandemia. En los 30 días del mes de abril, fueron contabilizados 22 días sin fallecidos a causa de COVID-19.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, confirmó que, de seguir la tendencia, mayo se convertirá en el mes con menos decesos durante toda la pandemia.
La implementación del Plan Nacional de Vacunación anti-COVID-19, parte de las decisiones acertadas del Gobierno, ha servido para salvar la vida de millares de personas, por lo que el país sigue siendo referente mundial en el manejo de la pandemia, al lograr impactar en la reducción de casos. Por ello, las autoridades de Salud decidieron eliminar, desde el 22 de abril, el uso obligatorio del cubreboca.
Este día, Salud resaltó: “la OMS destaca la importancia del avance de la vacunación para reducir los casos de la enfermedad, los ingresos hospitalarios y los decesos. Nuestro país registra cerca de 10.8 millones de dosis aplicadas y tenemos a disposición hasta una cuarta dosis”. Ese ministerio se unió al llamado del organismo mundial para seguir manteniendo la vigilancia epidemiológica para la toma oportuna de decisiones, entre otras acciones que ya implementa el Ejecutivo.
La colaboración de la población, con el distanciamiento social, uso no obligatorio de la mascarilla, la aplicación de alcohol gel tras tocar cualquier superficie, así como el constante lavado de manos con agua y jabón, ha sido clave; también se mantienen los tamizajes comunitarios para la detección oportuna de casos positivos de COVID-19, llegando a diario hasta el último rincón.