Desde febrero pasado a la fecha, la curva de contagio de COVID-19 está bajo control en El Salvador. Toda la estrategia sanitaria implementada por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha dado el resultado esperado para limitar la propagación del virus.
El Ministerio de Salud reporta 2,647 casos activos con el virus, esta es una cifra baja y la mayoría de los pacientes es asintomática que se encuentra en su casa guardando la cuarentena.
A pesar de lo duro que ha sido la pandemia, en unos países más que en otros, El Salvador ha logrado hasta esta fecha mantener resultados admirables en cuanto a la cifra de personas con el virus, en el acumulado, y de fallecidas a causa de la enfermedad, si se compara con los países de la región.
El sistema hospitalario público fue reforzado en el tiempo que se necesitaba, y el proceso de vacunación se desarrolla con un ritmo ejemplar; los salvadoreños en la gran mayoría han acatado las disposiciones de los protocolos de bioseguridad.
Existe una permanente campaña de concientización de parte del Gobierno hacia la población de no relajar las medidas de prevención. Todas esas acciones son las que han marcado la diferencia con los países que se vieron sobrepasados por el virus.