Desde el inicio de la gestión del Presidente Nayib Bukele en 2019, El Salvador ha experimentado un cambio radical en materia de seguridad.
El país, que solía figurar entre los más violentos del mundo, ha reducido de manera significativa los índices de criminalidad, en particular los relacionados con homicidios y extorsiones.
Una de las principales estrategias implementadas por el gobierno ha sido la guerra frontal contra las pandillas, lo que ha permitido reducir en un 60.6 % las extorsiones. Según cifras oficiales, de 2021 a 2022 se registraron 2,141 casos de extorsión, mientras que entre 2023 y 2024 esta cifra se redujo a 844 procesos, una disminución de 1,297 casos en un solo año.
A esta estrategia se suma el impacto del régimen de excepción, el cual ha sido clave para alcanzar 10 días sin homicidios en octubre y acumular un total de 207 días sin homicidios en lo que va del año 2024. Este logro refleja el éxito de las políticas de seguridad implementadas, alcanzando un impresionante acumulado de 725 días sin homicidios bajo la actual administración.
La transformación en seguridad no solo ha mejorado la calidad de vida de los salvadoreños, sino que también ha generado confianza tanto en el ámbito nacional como internacional, posicionando a El Salvador como un referente en el combate a la criminalidad.