Más de 100 empleados y extrabajadores de McDonald’s en Reino Unido han denunciado casos de agresión sexual y otros tipos de violencia sufridos en diferentes locales de la cadena de comida rápida, después de que la compañía firmara en febrero pasado un acuerdo para prevenir el acoso sexual y promover un «ambiente de trabajo seguro, respetuoso e inclusivo».
Entre las denuncias, 31 están relacionadas con agresión sexual y 78 con acoso sexual. Además, 18 empleados afirmaron haber sido víctimas de racismo y seis realizaron acusaciones de homofobia, según una investigación de la BBC, que durante cinco meses se comunicó con el personal de la franquicia estadounidense para consultar sobre sus experiencias de trabajo.
De acuerdo con el medio de comunicación, los trabajadores de la cadena de comida rápida, incluyendo algunos menores de edad, son manoseados y acosados casi de manera rutinaria. Una exempleada relató que tenía 17 años cuando un gerente en un restaurante de la ciudad de Plymouth, presuntamente, la estranguló y le agarró el trasero. Mientras que un jefe de turno le envió imágenes sexualmente explícitas.
«Tocaban el estómago, la cintura, el trasero», dijo otra de las víctimas, identificada como Shelby, que tenía 16 años cuando comenzó a trabajar en McDonald’s el año pasado. Ella asegura que sus colegas masculinos de mayor edad usan el reducido espacio de la cocina como excusa para manosear a sus compañeras más jóvenes.
Shelby renunció después de que la gerencia de la empresa no tomara medidas cuando denunció un acoso de parte de un colega de 50 años. En su correo electrónico de salida, escribió que laboraba en un «ambiente de trabajo tóxico».
«Existe la expectativa de que si trabajas en McDonald’s serás acosado», dijo Emily, de 20 años, que también renunció después de que un compañero de 60 años le acariciara el cabello de manera sexualmente sugerente.