Mientras muchos salvadoreños ven la Semana Santa como vacaciones, playas, diversión, torrejas, jocotes en miel, cine, paseos etc, otros la ven como un momento de reflexión de la vida y para estar en familia.
Estas celebraciones religiosas muchos lo toman con fe. Las iglesias católicas de El Salvador cada año se organizan con sus comunidades para hacer una variedad de actividades, lo cual inicia con el domingo de ramos.
Hombres, mujeres, niños, niñas, ancianas y ancianos cargan las andas o tronos donde va Jesucristo. Caminan con sus palmas ya bendecidas por los sacerdotes de cada iglesia, otras van a la par de sus hijas e hijos para inculcar esa tradición, que se celebra cada año en el país.
Hacen sus recorridos por las iglesias más cercanas como, el Rosario ubicado frente a la plaza Libertad, Catedral Metropolitana del centro de San Salvador, la Basílica Sagrado Corazón, El Calvario, parroquia del Perpetuo Socorro, entre otras. Cada feligrés canta, ora y da gracias a dios por la salud de él, su familia y amigos.
Comencé a caminar como un feligrés, cristiano, hermano, nómada, contador de historias o ateo, tómelo como usted quiera. Tomo fuerzas y valor para que mi rodilla no me doliera, lo tome como una penitencia o prueba de resistencia a mí ser.
Llego a la iglesia El Rosario, observo a cada persona con sus ramos de palmas en mano. Muchos estaban alegres porque el sacerdote les tiraba el agua bendita y otros porque por primera vez acompañaban a su familia a una procesión.
La tercera edad, fueron los primeros en llegar, afianzaron sus puestos, porque querían ser los primeros en la fila, para acompañar a Jesucristo, todo por la fe personal.
Los feligreses cantan sin parar bajo un ardiente sol, mi cuerpo ya estaba mojado de sudor, no sé si por el calor, nervios o porque ya tenía años de no sentirme un feligrés más.
Mientras la procesión seguía su rumbo, yo hacia mi trabajo periodístico. Llegamos al fin a la catedral metropolitana de San Salvador, no sé cuantos pasos dieron los feligreses para llegar, pero yo sentí una eternidad.
Ya frente a Catedral, me detengo y veo a José Ramírez, un fiel feligrés con problemas físicos, se encontraba sentado en la calle y bajo un ardiente sol. Levanta su rostro, esperaba con mucha atención y fe la procesión de las palmas para que el sacerdote le tirara agua bendita a sus palmitas. Una escena muy triste y llena de esperanza, baja su rostro, porque el sacerdote nunca llego a bendecirle sus palmitas.
La Semana Santa para la iglesia católica, es el momento litúrgico más importante de todo el año, muchos católicos llegan a las iglesias a orar y reflexionar sobre la vida, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
El papa Francisco inicio la Semana Santa, sosteniendo unas ramas de palmeras en la plaza San Pedro, Roma Italia. Hiso un llamado a los sacerdotes, obispos, cardenales y frailes, dijo “hay que ser humilde cada día y el verdadero triunfo debe dejar espacio a dios y para dejar ese espacio para dios tenemos que despojarnos de lo malo.
Hay que callar, orar y humillarse ante dios. Hay que rezar por la paz mundial y particularmente por tierra Santa y Medio Oriente”. Con esas palabras dio como inicio la Semana Santa, el jefe de la iglesia católica.
En un principio a la Semana Santa se le llamaba “La Gran Semana”, ahora Semana Santa o Semana Mayor y a los demás días, Días Santos. Esta semana inicia con el domingo de Ramos y finaliza con el domingo de Pascua o Resurrección.
Jueves Santos, un día difícil para los feligreses
Para muchos católicos salvadoreños el Jueves Santos es un día difícil, tenso, de dolor y lágrimas, se someten a una prueba muy dura de hacer su penitencia, ya sea caminando descalzo, vendado o hincado.
Un día de mucho valor para los feligreses, que desde hace 300 años aproximadamente, se practica esta dura actividad en la Semana Santa.
Son las ocho de la mañana, los feligreses llegan poco a poco a la iglesia San Esteban del centro de San Salvador, lo cual en Enero del 2013, un fuerte incendio la desapareció del lugar dejando solo cenizas. Era una iglesia que ya tenía 130 años de existencia. Ya han pasado seis años que se quemó y nadie hace nada por su reconstrucción, nada que ver con la iglesia Notre Dame de Francia, que en tres días recogieron millones de euros y dólares para reconstruirla.
Cada feligrés, se somete a este tipo de penitencias como una autoevaluación personal, para no volver a cometer más errores, es un perdón con dios y en otras ocasiones las hacen como una petición especial al creador, ya sea por enfermedad o trabajo.
La iglesia San Esteban, dejo de ser un icono histórico para el país y la iglesia católica, ahora está abandonada, solo es una champa, lo cual esta rodea de un par de láminas, un techo que con un fuerte viento se caerá y un piso polvoso que cuando llueve se inunda.
Los feligreses o encargados de dicho predio lo cual antes fue una iglesia con historia, no dejan de atender a los penitentes a pesar que se encuentre como una iglesia abandonada por el gobierno central, alcaldía y la misma iglesia, siempre será una símbolo para la Semana Santa, porque desde ahí parten los penitentes para iniciar su recorrido de once cuadras, hasta llegar a la Iglesia El Calvario donde se encuentra la imagen de Jesús Cautivo, ubicada a un costado del mercado central, todo sobre la famosa calle de la Amargura.
Sigo con mi recorrido, veo a una señora de unos sesenta años aproximadamente, gran ejemplo para todos, haciendo su penitencia hincada frente al famoso castillo de la PNC.
Avanza con mucha lentitud y llena de cansancio, un gran esfuerzo por llegar a la iglesia el Calvario. Mientras avanzaba ella, solo escuchaba sus quejidos de dolor, al fin logra llegar hasta la entrada principal, pero tenía un reto más, subir las gradas de la iglesia hincada. Se detiene, suspira fuertemente, agarra fuerzas, no se rinde y logra llegar hasta Jesús Cautivo.
No quise preguntar su nombre por respeto, solo ella sabe porque hace ese tipo de penitencia.
Sus rodillas y manos lastimadas por su recorrido, se me imaginaba que era mi madre, se me salieron las lágrimas de dolor. Al fin llega a su final, se le acercan otros feligreses para ayudarle, la hincan y comienza su oración por mucho tiempo. Así como ella, muchos católicos también hicieron ese tipo de penitencia.
Sigo en el centro de San Salvador, me traslado a la Iglesia Basílica Sagrado Corazón de Jesús, para ver como el sacerdote Héctor Roca, lava los pies a los feligreses, como una acción de humildad y servicio al prójimo. Cada año en la semana santa, el Papa Francisco elige a quienes les lavara los pies y darles un beso, como acto de bondad e humildad.
Viernes Santos, día de Vía Crucis
El Viernes Santo, se recuerda la pasión del Señor, su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato. La flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión con un vía crucis solemne en las principales calles del país y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.
Actividades de la Semana Santa
Domingo de Ramos: En este día, se celebra la entrada de Jesús a Jerusalén, todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por eso en el país, cientos de feligreses llevan sus palmas a las iglesias para que el sacerdote les de la bendición con agua bendita y luego participar en la procesión y la misa.
Lunes Santo: Los cristianos conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Así se ponen de manifiesto las liturgias de las distintas ceremonias que tienen lugar en Semana Santa.
Martes Santo: Continúan las celebraciones de la Semana Santa y conforme va acercándose los días principales como Jueves y Viernes Santo, los feligreses continúan reflexionando en las iglesias sobre los diversos pasajes de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Miércoles Santo: Este día, marca el final de la Cuaresma y el comienzo de la Pascua. El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín con Judas Iscariote, para condenar a Jesús.
Jueves Santo: Se conmemora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles y es ahí donde les lava los pies, dándonos un ejemplo de servicio al prójimo. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración lo capturan.
Viernes Santo: Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor. Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato, la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.
Este día, muchos católicos hacen alfombras de sal o aserrín en las principales calles del país, con mensajes cristianos, porque por la noche pasa la procesión del Santo Entierro.
Sábado Santo o Sábado de Gloria: Este día por la noche, se realiza una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Se enciende fuego en señal de esperanza que Jesús resucitará. Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Es un día triste, no tenemos a Jesús entre nosotros.
Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.
Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua: Es el día más importante y alegre para los católicos, Jesús venció la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al sacramento de la penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte todo esto por amor a nosotros y el poder de su resurrección, que es primicia de la nuestra.
Qué significado bíblico tiene la Semana Santa
La Semana Santa, conocida como Semana Mayor, es un período de ocho días que inicia con el domingo de Ramos y culmina con el domingo de Resurrección. Con la Semana Santa, el cristiano conmemora el Triduo Pascual, es decir, los momentos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo.
Cuál es el significado de la Semana Santa para los católicos
El Jueves Santo abre el Triduo Pascual, que no es más que los tres días en que los católicos celebran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Comprende el tiempo desde la tarde del Jueves Santo, hasta la tarde del Domingo de Pascua. Es el corazón del año litúrgico.
Cómo comienza la Semana Santa
La Semana Santa comienza con la celebración el domingo anterior al Viernes Santo de la Entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén o Domingo de Ramos.
Qué pasa en cada día de la Semana Santa
El significado de cada uno de los días de la Semana Santa. Domingo de Ramos: El próximo domingo empieza la Semana Santa. En este día se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén. Este domingo resume los dos puntos fundamentales de la Pascua: La Pasión y Muerte de Cristo y su Resurrección.
Gastronomía de la Semana Santa
Durante esta semana también se acostumbra a elaborar diversas comidas, considerados como típicos, en especial aquellas frutas que son elaboradas con dulce de panela, como el mango, jocote, camotes y torrejas en mil.
Estos platillos que tienen un sabor dulce son acompañados con una bebida conocida como chilate. Otras comidas que no pueden faltar son las tortas con pescado seco, frito o en sopa.
Turismo
El turismo en la Semana Santa como las playas, pueblos, lagos, montañas y ríos, se pone de moda en El Salvador, los salvadoreños aprovechan los días de descanso que dan las empresas y el gobierno, para visitarlos en familia.
Los empleados públicos y estudiantes tienen una semana completa de vacaciones, estos son días festivos con asueto, los privados descansan desde jueves a domingo de esa semana.