El 20 de junio de 2010, un microbús de la ruta 47 fue rociado con gasolina e incendiado por un grupo de mareros de la pandilla 18, en la colonia Jardín, en Mejicanos.
Esta masacre, una de las peores del país, dejó como saldo 17 víctimas y 15 más resultaron heridas.
En el hecho, los delincuentes también dispararon a la unidad del transporte mientras era consumida por las llamas, esto como forma de venganza por el asesinato del hermano del pandillero Carlos Oswaldo Alvarado, conocido con el alias de “Crayola”.
En el 2016, Alvarado fue condenado a 410 años de cárcel, también Gustavo Ernesto López Huezo, otro de los responsables, recibió en 2013 66 años de prisión.
El hecho consternó al país, ya que entre las víctimas había una menor de 18 meses.
Estos grupos criminales operaban en el país sin que el gobierno de turno aplicara estrategias para frenarlos.
Los fallidos intentos de la administración del expresidente prófugo, Mauricio Funes, solo fortalecieron a estos grupos que atentaban constantemente contra la población salvadoreña.