El presidente de Perú, Pedro Castillo, disolvió este miércoles el Congreso e instauró un Gobierno de emergencia nacional, horas antes de que el Parlamento debatiera una moción de destitución en su contra que podría haberlo apartado de la jefatura del Estado.
“Tomamos la decisión de establecer un gobierno de excepción orientado a establecer el Estado de Derecho. (…) Disolver temporalmente el Congreso e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”, afirmó el mandatario.
Además, anunció un toque de queda que regirá a partir de las diez de la noche. “Se declara en reorganización del sistema judicial, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y el Tribunal Constitucional (TC)”, agregó.
También dictó que la Policía Nacional, “con auxilio de las Fuerzas Armadas, dedicarán los esfuerzos al combate de delincuencia, corrupción y narcotráfico, a cuyo efecto se les dotará de los recursos necesarios”.
Los legisladores que se encontraban en la Comisión de Fiscalización, escuchando el testimonio del exfuncionario Salatiel Marrufo, expresaron su rechazo a la medida y lo declararon inconstitucional.