El financiamiento que ha gestionado el Gobierno del Presidente Nayib Bukele para cubrir diferentes necesidades como atención a la emergencia, recuperación económica, seguridad, vivienda y obras sostenibles de infraestructura, asciende a $620.5 millones.
Las solicitudes para autorizar el uso de los fondos están en la Asamblea Legislativa, pero los diputados las han retrasado hasta al punto de poner la operación en riesgo. Dos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, están aprobadas desde hace tres meses para la suscripción. Además, hay dos que podrían perderse en diciembre próximo si los diputados continúan obstaculizando el proceso.
Los préstamos pendientes están orientados para responder a la pandemia del COVID-19 y sus efectos, el Plan Control Territorial, obras de Vivienda y de Obras Públicas. Entre todos, suman $620.5 millones. Este es el dinero que ya se remitió a la Asamblea Legislativa, para que pasen por todo el proceso legal.
El titular del Ministerio de Hacienda , Alejandro Zelaya, expresó que pronto se enviarán más solicitudes con el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID) por $50 millones y con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), por $250 millones, que se sumarán a las que ya están en estudio. Este financiamiento lo ha conseguido el Gobierno para fortalecer sus programas y la atención que provee a la población.
Para finales de este año, también, se prevé una caída acumulada de ingresos por el orden de los $1,000 millones, dijo Zelaya. De ahí la urgencia de que se puedan restituir ingresos, pues la recaudación no es suficiente. Ha sido esta misma situación la que dificulta que se pueda transferir el FODES para los alcaldes, aclaró el ministro de Hacienda.
El Gobierno ha cumplido su palabra con la población y todas las acciones de bienestar social se han mantenido. Incluso, el Presidente Bukele ha ordenado buscar soluciones para financiar las iniciativas de desarrollo económico. Pero los diputados deben cumplir también con la población y liberar los recursos necesarios para salud, vivienda, educación, seguridad, obras públicas y demás.