Este día, en el Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque, Cabañas, dio inicio el juicio contra ocho exguerrilleros acusados de asesinar a María Inés Alvarenga Leiva en agosto de 1989, en la comunidad de Santa Marta.
Los hechos ocurrieron en el contexto del conflicto armado salvadoreño, en un período marcado por tensiones extremas entre el ejército y las fuerzas insurgentes. Según la Fiscalía General de la República (FGR), la víctima fue señalada por los acusados como informante del ejército, motivo por el cual habría sido ejecutada.
La FGR ha presentado pruebas contundentes que incluyen evidencia pericial, documental y testimonial para demostrar la culpabilidad de los procesados. Los delitos que se les imputan son asesinato y asociaciones ilícitas, con base en los hechos ocurridos durante una de las etapas más violentas de la guerra civil salvadoreña.
Tras más de 30 años de espera, la familia de Alvarenga busca justicia, mientras la FGR ha solicitado al tribunal que imponga una pena ejemplar. El caso representa un esfuerzo por resolver crímenes no esclarecidos que tuvieron lugar durante el conflicto, en el cual miles de salvadoreños fueron víctimas de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas y otras violaciones de derechos humanos.
La comunidad de Santa Marta, donde ocurrió el asesinato, fue un lugar emblemático durante la guerra, al ser refugio de combatientes y simpatizantes de la guerrilla. En el juicio, la Fiscalía busca cerrar este capítulo oscuro de la historia salvadoreña, llevando justicia a una familia que ha esperado más de tres décadas para conocer la verdad y ver castigados a los responsables.
El conflicto armado salvadoreño, que se desarrolló entre 1980 y 1992, dejó un saldo de más de 75,000 muertos y desaparecidos, según datos oficiales, y su legado sigue presente en casos como este, que resurgen en la búsqueda de justicia y reconciliación nacional.