Hace meses, el presidente Nayib Bukele pidió que la población no lo dejara sólo.
En esa petición, sin saberl con exactitud, anticipaba la férrea oposición que hoy se empeña en hacer colapsar el gobierno que preside, pues los políticos tradicionales se han enfocado en bloquear todas las iniciativas que el Ejecutivo ha tenido para detener algo, que en el momento de pedir que no lo dejáramos sólo, tampoco podía anticipar: La pandemia del #Covid19.
El virus nos demostró lo vulnerables que somos, pero a pesar de todo, las acciones tomadas a tiempo por el presidente, bien vistas a nivel internacional, comparadas con la falta de las mismas, en países con muchos más recursos que nosotros, pusieron en el mapa el liderazgo de Bukele, que con sus decisiones, mantuvo a raya la pandemia a pesar de nuestras limitantes, sin importar lo difíciles que parecían, pero varias semanas de pleitos y poses antagónicas en la Asamblea, somos el único país sin una ley de emergencia para enfrentar la crisis.
Esas limitantes se han agravado por la actitud de los diputados y el órgano judicial, que en el punto más grave de la crisis, detuvieron todo lo que el gobierno había realizado, disparando los contagios y haciendo que los hospitales estén llegando al límite de su capacidad, demostrando que obedecen a intereses obscuros que buscan desesperadamente que el gobierno fracase, a costa de la vida de miles de salvadoreños.
En la próxima elección, se aproxima una oportunidad única: Que con la llegada de Nuevas Ideas a la Asamblea, exista la gobernabilidad que se necesita para sacar adelante al país ante ésta amenaza mundial y dejar trabajar al gobierno en favor de la población.
Nuevas Ideas debe llegar fortalecido a la elección, sin divisiones, con el único objetivo de sacar a los que no les importa nuestro país y trabajar juntos con la visión que un mejor El Salvador, es posible.