El partido ARENA ha demostrado una gran hipocresía en su discurso sobre la seguridad y las pandillas en El Salvador. Mientras su candidato Joel Sánchez se indigna por una interpretación periodística, se olvida de que son los pandilleros los que le quitaron los derechos humanos a los salvadoreños, al causar terror y miseria en el país.
Pero lo más preocupante es que ARENA no ha expulsado a figuras como Ernesto Muyshondt y Norman Quijano, quienes han sido acusados de negociar con las pandillas y ofrecerles dádivas. ¿Cómo puede el partido afirmar que luchará contra las pandillas cuando tiene a miembros involucrados en estos actos?
Además, ARENA se ha opuesto en repetidas ocasiones a aprobar el régimen de excepción propuesto por el Presidente Nayib Bukele, que busca proteger a todos los salvadoreños. Es contradictorio que los diputados de ARENA, incluyendo a aquellos que acompañaron al candidato Sánchez, se opongan a los planes de seguridad que podrían ayudar a combatir la inseguridad en el país.
Es necesario que el pueblo salvadoreño sepa si ARENA realmente está comprometido con la lucha contra las pandillas o si simplemente utilizaron la inseguridad como una herramienta para sus propios intereses. La doble moral y las contradicciones en su discurso son preocupantes y no generan confianza en su posible gobierno.
Además de su postura contradictoria en materia de seguridad, el partido ARENA ha demostrado una falta de compromiso con otros temas importantes para el país. Durante su tiempo en el poder, no se preocuparon por abordar de manera efectiva los problemas de desigualdad, pobreza y falta de oportunidades que afectaron a gran parte de la población salvadoreña.
En lugar de implementar políticas que promovieran el desarrollo económico y social, ARENA se enfocó en proteger los intereses de las élites y las grandes empresas. Esto dejó a muchos salvadoreños sin acceso a servicios básicos, sin empleo digno y sin la posibilidad de mejorar su calidad de vida.
Además, el partido ARENA ha demostrado una resistencia al cambio y a la modernización del país. Han sido obstáculos para las reformas necesarias en áreas como la justicia, la educación y la salud. Mientras otros países de la región avanzan hacia un futuro más inclusivo y equitativo, ARENA se ha mantenido anclado en viejas prácticas y ha frenado el progreso de El Salvador.
Es evidente que ARENA no representa los intereses de la mayoría de los salvadoreños. Su falta de compromiso con los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo del país es preocupante.
Por último señor Sanchez, en vez de preocuparse por una publicación de Diario La Huella e indignarse; debería darle vergüenza el de participar en un partido que ha estado involucrado en la corrupción más grande de este país.