El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, afirmó este martes que la muerte «es el destino de todo el mundo», al ser interrogado sobre el mensaje que le enviaría a los familiares de las víctimas por coronavirus en Brasil, en el día en que el país registró un récord de fallecimientos por la pandemia.
La declaración coincidió con la divulgación del nuevo boletín del Ministerio de Salud sobre la pandemia, según el cual Brasil registró este martes un récord de 1.262 nuevas muertes por Covid-19 en un único día, con lo que el total de víctimas se elevó a 31.199.
El número de muertos de este martes, superior a los 1.188 registrados el 21 de mayo, que constituía hasta ahora el día más fatal, posicionó a Brasil como el cuarto país en número de víctimas en el mundo y lo incluye entre los que ya tienen más de 30.000 junto a Estados Unidos, Reino Unido e Italia.
De acuerdo con el boletín del Ministerio, en las últimas 24 horas se registraron 28.936 nuevos casos, con lo que el número de contagiados subió a 555.383, que confirman a Brasil como el segundo país con más casos en el mundo después de Estados Unidos y el epicentro de la pandemia en América Latina.
Las elevadas cifras de casos y muertos se producen en momentos en que varios gobiernos regionales y municipales de Brasil comienzan a poner en marcha procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica y a flexibilizar las orientaciones de distanciamiento social.
En tanto, Brasil lleva 18 días sin ministro titular de Salud, ya que los dos anteriores salieron por sus discrepancias con Bolsonaro respecto de las estrategias para afrontar la pandemia de la mejor manera.
Para el jefe de Estado, más de la mitad de la población brasileña contraerá la enfermedad independiente de las medidas de aislamiento que se adopten, por lo que su prioridad es evitar la ya prevista recesión histórica que, en su opinión, generará hambre y pobreza y podrá provocar un número superior de muertes.
El 20 de abril, al ser interrogado sobre el creciente número de muertes en Brasil por el coronavirus, Bolsonaro dijo que no se desempeñaba como sepulturero como para que le preguntaran por los fallecidos.
Una semana después y al ser interrogado sobre el mismo asunto, el presidente dijo que no podía hacer nada. «Lamento, pero ¿que quieren que haga?», señaló.