Recientemente hemos tenido diferentes encuestas que posicionan al partido Nuevas Ideas como la principal fuerza política de nuestro país, de cara a las elecciones municipales y legislativas del 28 de Febrero del 2021, el panorama electoral no presagia buenos resultados para la oposición. Su eminente declive político es irreversible.
La encuesta del IUDOP-UCA posiciona al partido Nuevas Ideas en preferencia para diputados con un 64% y su seguidor ARENA en un lejano segundo lugar con 6.3% en la encuesta de la UFG posiciona a Nuevas Ideas con el 48% y Arena con el 4.3% y solo el 3.3% por el FMLN. El PCN apenas logra el 1.1%, mientras que el PDC y los nuevos en contienda (Nuestro Tiempo y Vamos) quedan por debajo del 1%.La encuesta de FUNDAUNGO posiciona a Nuevas Ideas con 60.3% a Arena con 4.9% GANA 4.5% FMLN 2.7%.
Definitivamente los datos son abrumadores y nunca en la historia reciente un partido político había tenido una diferencia tan considerable sobre sus adversarios políticos.
Al darle lectura a los resultados de estos sondeos debemos tomar en cuenta muchas situaciones, ejemplificaré algunas de ellas: El desgaste de la oposición política ARENA, FMLN, PDC y PCN que fueron gobiernos en el pasado les está pasando inmensa factura. Casos sonados de corrupción, ex funcionarios condenados por desfalcar al Estado, Mauricio Funes prófugo de la justicia han sido determinantes para que estos partidos políticos pierdan toda credibilidad.
A esto le sumamos los constantes entrampamientos a todas las políticas gubernamentales, se han opuesto a todo, incluso poniendo en riesgo la salud de los salvadoreños cuando el ejecutivo quiso regular la movilidad y el cierre de fronteras durante el punto álgido de la pandemia del COVID-19.
Las diferentes comisiones para interpelar a funcionarios de gobierno y buscar desmantelar planes exitosos como el de seguridad pública, al desaforar al director de la PNC Comisionado Mauricio Arriaza Chicas, el cual fue absuelto por un juzgado sobre los hechos que los diputados le imputaban; han derivado en un hartazgo de la población salvadoreña hacia quienes han presidido estas comisiones, que curiosamente son los mismos rostros, los mismos diputados en cada una de ellas.
Parece que los opositores buscan protagonismo al tratar de deslegitimar al gobierno central, sin embargo, esto no les ha dado ningún buen resultado. Todo esto ha sido crucial para la atomización de estos partidos políticos, que incluso sus medios de comunicación aliados han visto mermada su capacidad de aceptación, a tal grado que se han tenido en la necesidad de regalar sus publicaciones impresas.
La incoherencia en el discurso político les ha restado credibilidad. La fiscalía general de la república (FGR) les solicitó a inicios del 2020 desaforar al diputado Norman Quijano por fraude electoral y asociaciones ilícitas por reunirse con pandilleros y prometerles beneficios. El fiscal de la Dirección Contra la Corrupción y la Impunidad de la FGR, Álvaro Rodríguez, entregó el documento a la asamblea y explicó que con «una investigación seria y compleja», el Ministerio Público sustenta que Quijano cometió ambos delitos. Sin embargo, la asamblea legislativa optó por no desaforar al diputado Quijano. Todos estos acontecimientos han edificado la inevitable derrota electoral de una oposición política totalmente a la deriva.