En el Complejo Penitenciario La Esperanza, conocido como Mariona, la Dirección General de Centros Penales continúa trabajando en la rehabilitación de los privados de libertad que tienen la voluntad de cambiar sus vidas a través del Plan Cero Ocio, mientras cumplen su tiempo en prisión.
Los internos en fase de rehabilitación participan en talleres como: panadería, zapatería, carpintería, imprenta, entre otros.
Además, en los talleres artísticos del Complejo Penitenciario La Esperanza, internos demuestran sus habilidades dibujando obras de arte y creando piezas hechas con papel y madera.
“Antes, este penal era conocido como la «universidad del crimen» en El Salvador. Pero en esta administración lo hemos transformado en un centro industrial, donde la población privada de libertad produce uniformes, pupitres y muchas cosas más”, sostuvo el Director General de Centros Penales, Osiris Luna.
En cada uno de los talleres los internos fomentan el compañerismo a fin de obtener un trabajo de calidad, lo que les permite cada día desarrollar sus valores mientras realizan tareas productivas.
“Todo esto tiene como base el orden, control y disciplina, permitiendo que los internos desarrollen sus habilidades mientras cumplen su condena”, apuntó Luna.