En horas de la tarde de este viernes más de un millón de ciudadanos chilenos salieron a protestar para pedir el fin del modelo económico del gobierno de Sebastián Piñera a las que diversos sectores sociales han catalogado como excluyente generadoras de pobreza.
Durante las jornadas de protestas de ese día los manifestantes intentaron invadir la Cámara de Diputados, que, junto con el Senado, conforman el Congreso Nacional de Chile, ubicado en la ciudad de Valparaíso, pero fueron detenidos por Carabineros (la policía chilena) con bombas de gas lacrimógeno y chorros de agua, sin embargo el edificio tuvo que ser evacuado, y las actividades legislativas fueron suspendidas.
En las revueltas ya han ascendido a 20 el número de fallecidos como producto de los altercados con los cuerpos de seguridad del Estado.
A inicio de semana en un discurso televisado en todo el país el presidente de Chiela Sebastián Piñera pidió «perdón» por la «falta de visión» ante la crisis en diversas esferas del país.
«Hemos escuchado, fuerte y clara, la voz de la gente expresando pacíficamente sus problemas, sus dolores, sus carencias, sus sueños y esperanzas de una vida mejor», dijo Piñera.
Pese a las exhortaciones de Piñera, los sindicatos aglutinadas en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) decidieron no desmontar la huelga general que ya se ha extendido por más de 48 horas.