Dos meses han pasado desde que el exdiputado de ARENA, Norman Quijano, salió de El Salvador para atender “asuntos familiares” en Honduras, cuyo fin en realidad era evadir la justicia, ante sus delitos por negociar con pandillas.
“Me encuentro fuera del país, atendiendo un compromiso familiar, tengo previsto regresar al país en un par de días”, fueron las palabras expresadas por Quijano en sus redes sociales el 1 de mayo de 2021.
Al respecto, el Presidente de la República, Nayib Bukele, dijo: “algunos aún defienden y replican el discurso de estos sin vergüenzas. Este es sólo un ejemplo, en total son 37 mil millones de dólares saqueados y decenas de miles de salvadoreños muertos. Gracias por la lista, pero en El Salvador tenemos la nuestra”.
El expresidente de la Asamblea Legislativa, sigue en tierras hondureñas sin dar la cara ante la justicia del país que lo acusa de los delitos de fraude electoral y agrupaciones ilícitas.
El fiscal general, Rodolfo Delgado, expresó que Quijano intenta seguir los pasos del prófugo Mauricio Funes para escapar de la justicia salvadoreña. Tanto Funes como Quijano se excusan autocalificándose de perseguidos políticos, cuando existen pruebas suficientes de los delitos por los que se les acusa.
“Son mecanismos de defensa de los delincuentes. Creo que cualquier salvadoreño respetable lo menos que haría es enfrentar la justicia, incluyendo al delincuente que está en Nicaragua”, dijo el fiscal Delgado días atrás.