Por Cecilia Rivera, candidata a diputada del PARLACEN
De acuerdo con ONU Medio Ambiente, los mares de la zona de Centroamérica son los que más basura marítima acumulada tienen del continente. La misma entidad señala que, en su mayoría, son plásticos y microperlas usadas en productos cosméticos.
ONU Medio Ambiente detalla que cada año terminan en los océanos más de 8 millones de toneladas de plástico, lo que a la larga produce unas pérdidas en términos de productividad de 8.000 millones de dólares en todo el mundo.
Los expertos determinan que una de las causas fundamentales de este problema en la región es la gran cantidad de residuos diarios que genera cada habitante (50 690 000 hab.), poca voluntad política y cooperación entre gobiernos, pésimos servicios de recolección de basura y el déficit cultural y educativo sobre el tema del manejo de los desechos sólidos.
Solo en El Salvador, de acuerdos con datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), se producen más de 3 mil 600 toneladas de residuos diarias y, que, de esa cantidad, solo 3,100 llegan a rellenos sanitarios y el 5% se recicla; el resto termina en botaderos a cielo abierto o generan acumulación en las ciudades, ríos y zonas costeras.
Los informes de ONU Medio Ambiente y ministerios de Medio Ambiente de cada país, afirman que esta misma realidad no cambia en mucho en los demás países de la región centroamericana, a excepción de Costa Rica, que presenta mas avances en el tema, pero que no ha resuelto en su totalidad dicho problema.
Honduras y Guatemala en conflicto por la basura en el mar
Es difícil poder dimensionar las consecuencias que tiene el mal manejo de los desechos solidos y, por ende, la cantidad de basura que está llegado a cada momento a los océanos en la región. Sin embargo, se mencionarán algunos para hacer una aproximación de su magnitud.
Para poner un ejemplo de las consecuencias de este problema como región, Honduras y Guatemala en los últimos años mantienen un conflicto con la basura, ya que, según el gobierno hondureño, la cantidad de basura que llega a sus costas en el caribe es arrastrada a través de un rio que viene desde la nación vecina, mientras que Guatemala afirma que varios municipios hondureños son los que contribuyen a la contaminación.
Los expertos aseguran que esta situación ha generado un impacto ambiental, social y económico. En lo ambiental señalan la muerte de la biodiversidad. En lo social y económico puntualizan la falta de alimentos, ya que la mayoría de personas de estas regiones se alimentan de lo que el mar les proporciona y esto ha aumentado en mayor pobreza.
A pesar de las duras consecuencias, lo cierto es que, hasta este momento, no ha existido voluntad política de ambos gobiernos ni compromiso social en ponerle fin a esta situación.
¿Cómo vuelve a nosotros lo que tiramos al mar?
Como ya se ha dicho antes, la mayoría de basura en el mar es plástico y, en determinado momento, este se desintegra en partículas minúsculas que con frecuencia se comen los peces y que finalmente llegan a nuestra cadena alimenticia.
La revista Scientific Reports realizó un estudio en la conocida Isla de la Basura, y determinaron que muchos de los objetos que se encuentran en el lugar tienen marcas pequeñas de mordidas de peces y que las tortugas capturadas cerca de esa zona habían comido tanto plástico que representaba cerca de tres cuartos de su dieta.
Según revistas internacionales dedicados al tema, el polietileno y el polipropileno son los dos tipos de plásticos con mayor presencia en los residuos encontrados en el mar.
De acuerdo con la ONU Medio Ambiente, más de 220 especies diferentes marítimas ingieren desechos microplásticos en condiciones naturales, muchas de ellas consumidas por humanos, como peces, mejillones, ostras, almejas y camarones.
A pesar de que existen pocos estudios sobre el impacto de los microplasticos en los humanos, la entidad también ha hecho evaluaciones sobre impacto potencial de los microplásticos y los contaminantes y aseguran que, si existen un impacto significante sobre la salud de los consumidores, y las implicaciones ecológicas para los organismos acuáticos.
Llegó el momento de actuar como región
Dado que los mares de Centroamérica son los que más basura tienen y que la realidad en el mal manejo de los desechos solidos es casi la misma, es el momento de encontrar soluciones desde una visión de integración centroamericana.
El Parlamento Centroamericano se convierte en el organismo internacional regional desde donde se debe tomar conciencia sobre el tema y crear los mecanismos diplomáticos en la creación de políticas y compromisos para solucionar esta problemática.
Cada país debe promover y realizar campañas educativas y culturales, a través de los ministerios de educación y cultura, sobre lo que está pasando en los mares por el mal manejo de la basura y las repercusiones en los océanos.
Los gobiernos centrales y locales deben adquirir compromisos en priorizar el buen manejo del servicio de recolección de la basura.
Asimismo, se debe de incentivar al sector privado u organizaciones ambientales en la creación de proyectos de reciclaje. La ONU afirma que un 90% de los residuos que se generan en la región acaban desaprovechándose y terminan en los vertederos.
Aun se está a tiempo de revertir esta realidad, salvar los océanos, las especies marítimas y la existencia de nosotros mismos en esta tierra.