Cientos de personas se congregaron este lunes en la Basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma, para conocer el que será el lugar de sepultura del papa Francisco, fallecido a los 88 años. A diferencia de sus predecesores, que fueron enterrados en la cripta de la Basílica de San Pedro, el pontífice argentino eligió como su descanso final este templo del siglo V, uno de los más antiguos dedicados a la Virgen María.
La decisión fue confirmada en su testamento, publicado por el Vaticano pocas horas después de su muerte.
En el documento, fechado el 29 de junio de 2022, Francisco escribió: “Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrenal y con una viva esperanza en la vida eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria únicamente en lo que respecta al lugar de mi sepultura”.
En la entrada de la basílica, un libro de condolencias junto a una fotografía del Santo Padre recoge las firmas y mensajes de los visitantes que han llegado para rendirle homenaje.
La elección de Santa María la Mayor no solo rompe con una tradición de más de tres siglos, sino que también refleja el fuerte vínculo del pontífice con esta iglesia, que visitó con frecuencia desde el inicio de su pontificado.