El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un decálogo de sugerencias para que los nueve millones de habitantes de Ciudad de México se mantengan en casa para evitar los crecientes contagios y anunció un refuerzo de la respuesta sanitaria gubernamental frente a la pandemia, que calificó como una “pesadilla”.
Sin embargo, recalcó que se trata de una convocatoria “respetuosa” y no de coerción, al descartar nuevamente que se imponga toque de queda en la capital, que acumula casi 220,000 contagios y cerca de 18,000 muertes asociadas al coronavirus de los 1,144,643 infectados y 108,173 fallecidos a nivel nacional.
“Si no tenemos nada verdaderamente importante que hacer no salgamos a la calle”, afirmó, para luego aclarar que son los ciudadanos quienes deben restringir ellos mismos sus actividades. “Nada de prohibir (…) Que de manera libre, voluntaria, cada quien se cuide y decida qué hacer”.
El mandatario anunció un aumento del número de camas, equipo y personal médico en la capital, que forma una mancha urbana de más de 20 millones de habitantes, con su área metropolitana. Horas después, la alcaldesa, Claudia Sheinbaum, informó que la urbe dispondrá de 600 nuevas camas para atender a los enfermos.
Según dijo Sheinbaum a periodistas, la situación en la metrópolis es “difícil”, al haber llegado la ocupación hospitalaria por COVID-1 al 56% el 3 de diciembre desde el 52% el 27 de noviembre. “Otra vez es tiempo de quedarnos en casa, seamos todos responsables”, dijo.
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