Las autoridades de Qatar cambiaron las normas previamente pactadas. Budweiser, patrocinador oficial, admite que no puede hacer nada. La FIFA acepta la imposición del anfitrión de su torneo
A 48 horas del inicio del Mundial, Qatar ha dado marcha atrás y finalmente ha prohibido la venta de alcohol en las inmediaciones de los estadios donde se celebrarán los partidos.
Esta decisión de última hora rompe el pacto previo con las autoridades del emirato y afecta de lleno al acuerdo por 72 millones de euros entre Budweiser, patrocinador del torneo, y la FIFA.
La FIFA parece haber perdido el control sobre su propio torneo, aunque trata de rebajar el incendio. En un comunicado, ha explicado que tras sucesivos “debates” con el país anfitrión han decidido finalmente “focalizar” la venta de bebidas alcohólicas en el festival para fans y no en las inmediaciones de los estadios, como habían pactado previamente.
A medida que se acercaba la fecha de inauguración del Mundial, las autoridades del emirato se han ido poniendo nerviosas con el consumo de alcohol. La semana pasada obligaron a Budweiser a mover sus puestos de venta más lejos, donde fueran menos visibles, y este viernes han decidido que en los alrededores de los estadios solo se venderán bebidas sin alcohol.
El comunicado de la FIFA asegura que, pese a todo, siguen garantizando “una experiencia divertida, respetuosa y agradable para todos los fans” y “agradecen” a AB InBev, grupo propietario de Budweiser, su “comprensión”.
La marca cervecera publicó un tuit en el que manifestaba su incomodidad con la decisión de Qatar, pero posteriormente lo borró.