Aquellas insignias que representaban orgullo para los pandilleros en sus cuerpos y los muros de cientos de comunidades en el país, poco a poco van desapareciendo. Ahora los pandilleros cubren sus «tacas» con tatuajes artísticos.
En Cabañas, la Policía Nacional Civil (PNC) capturó al terrorista Douglas Jhonatan Laínez, alias «Smoky», quien intentó ocultar los tatuajes de la pandilla con diseños artísticos, pero fue descubierto por las autoridades.
Alias «Smoky» posee antecedentes por agrupaciones ilícitas y secuestro. Además, en 2001 fue procesado por robo en Estados Unidos y deportado. Esta vez, será acusado de agrupaciones ilícitas, le esperan décadas en la cárcel, informó la corporación policial.
Como Laínez, muchos otros han intentado eliminar las marcas que los identifican como terroristas, algunos ocultándolos con más tinta, otros maquillándolos, quemándolos e incluso arrancándolos de una manera dolorosa.