Un 26 de agosto de 2012, mientras muchos ya descanzaban luego de un agetreado día, la madre naturaleza sorprendió repentinamente a todo el país, especialmente a los residentes de la península de San Juan del Gozo, quienes fueron testigo de un tsunami.
El reloj daba las 10:37 p.m., cuando un sismo de magnitud 7.3 ocurrió frente a la costa de Usulután. Según testigos, este movimiento tectónico, hizo que las olas alcanzaron hasta seis metros de altura y que se adentraran más de 300 metros en tierra, afectando 40 km de la costa.
La zona más afectada fue la Isla de Méndez, donde se produjo una ola de unos 2.3 metros de alto sobre el nivel de la playa, con una distancia de 300 metros tierra adentro.
Varias personas que se encontraban extrayendo huevos de tortuga fueron arrastradas, pero no se contabilizaron muertes.
El terremoto que lo provocó tuvo una magnitud de 7.4 a unos 250 kilómetros frente a la costa de Usulután. Dicha magnitud fue proporcionada por el Servicio Geológico de los Estados Unidos, pues localmente las autoridades salvadoreñas indicaron en principio que la magnitud había sido de 5.7.