A lo largo del tiempo, la mujer se acostumbró a la molestia pero sus problemas con la respiración se empeoraron en 2020 después de un hisopado.
Durante la mayor parte de su vida, Mary McCarthy, empleada de cocina de un hospital de Nueva Zelanda, sufrió dolores en el lado derecho de la nariz. Pero a lo largo de los años, la mujer se acostumbró a la incomodidad y aceptó el hecho de que no podía respirar con normalidad.
Sus problemas con la respiración se empeoraron en 2020 cuando la pandemia de coronavirus se extendió por todo el mundo. Así, por trabajar en un hospital, McCarthy se realizó una prueba de PCR nasal en octubre pasado.
Después de aquel hisopado, sintió dolor durante varios días y luego comenzó a desarrollar graves problemas sinusales. «Mi nariz goteaba constantemente y tenía mucho dolor», contó la mujer a Stuff.
Acudió a varios médicos generales que atribuyeron el dolor a una afección crónica de los senos paranasales. Sin embargo, recientemente McCarthy volvió a experimentar fuertes dolores y acudió al departamento de urgencia del hospital donde trabaja.
«Afortunadamente, la enfermera y el médico creyeron que era más que dolor en los senos paranasales», señaló la mujer, agregando que le preguntaron si alguna vez se había metido algo en la nariz.
Al parecer, los médicos ya sospechaban algo. Una tomografía computarizada reveló la presencia de un objeto en la parte superior de la nariz.
Tuvieron que hacerle una operación, en la que empujaron el objeto por su nariz y lo extrajeron por su boca. Resulta que aquella prueba de coronavirus había provocado que el objeto se desprenda y se desencadenó una infección.
La razón era una pequeña ficha que había permanecido oculta en la nariz de la paciente durante 37 años. Pero, ¿cómo entró el objeto extraño en el tracto respiratorio de la mujer?
Cuando McCarthy tenía ocho años, ella y sus hermanos pasaban horas practicando un juego de mesa que incluía pequeñas fichas de plástico. En algún momento, los niños se aburrieron de la dinámica y decidieron soplar las fichas.
Sin embargo, McCarthy, en vez de soplar, inhaló la ficha de manera que se metió en la nariz y se quedó atascada en su organismo.
Más adelante, Mary simplemente olvidó por completo que la parte del juego de mesa permanecía en dentro de su cuerpo.