Una sola edición del denominado «Festival del Buen Vivir» llegó a costarle al Estado hasta $200 mil dólares, un hecho, que pone en entre dicho el tema de la Transparencia y la Austeridad con la que se ejecutaron dichos eventos por parte del presidente saliente, Salvador Sánchez Cerén quien organizaba hasta un Festival cada 15 días.
De hecho, la propia Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) emitió una resolución en la que solicitada al Gobierno de Sánchez Cerén, en 2017, a regular la austeridad que se implementaba desde Casa Presidencial y otras instituciones del Estado.
Los festivales del «Buen Vivir» se volvieron una práctica recurrente y donde paradójicamente se utilizaban para que los funcionarios de Gobierno se dedicaran a dar discursos sobre Austeridad y el buen manejo de los recursos económicos del Estado.
El presidente electo, Nayib Bukele, pese a que aún no toma posesión del cargo ya ha revelado los gastos anormales realizados por el aún presidente de la República, Sánchez Cerén con el desarrollo de los denominados «Festivales del Buen Vivir».