Los salvadoreños nos caracterizamos por ser personas, luchadoras, visionarias y trabajadoras, con deseos de progresar y alcanzar nuestros sueños, donde a pesar de los obstáculos buscaremos ser carismáticos y positivos en cualquier parte del mundo en donde nos encontremos, en busca de nuestra superación personal.
Durante décadas nuestro amado país ha sufrido de diferentes problemáticas, que hasta hace un par de años eran vistos con normalidad, donde la desigualdad, inseguridad y la falta de oportunidades era habitual ver o aceptar, y eran las principales causas que millones de salvadoreños dejaran su tierra natal, emigrando hacia lo desconocido, incluyéndome en estas experiencias de vida.
Actualmente la condición social de nuestro país ha causado la reducción de inmigrantes, esto gracias al plan de gobierno de nuestro presidente Nayib Bukele, que ha tenido efectos positivos en la sociedad salvadoreña por su compromiso en el bienestar de su país y su gente. Como miembro de la diáspora conozco lo difícil que es emigrar, dejar a nuestra familia y amigos en busca de mejorar nuestras condiciones de vida, donde llegamos a tierras desconocidas, buscando trabajo y siendo juzgados o menos preciados en busca de oportunidades, conozco también el compromiso que tomamos para ayudar a nuestros seres amados ya que muchas veces nos volvemos el sustento económico de los que quedan en nuestro país.
Nuestros hermanos en el exterior ponen en alto el nombre de nuestro país El Salvador, dejando un legado social y cultural, por su entrega y dedicación en las diferentes áreas donde desarrollan sus habilidades, ya sea en su empleo, en sus estudios o con su familia y amigos, somos un pueblo humanitario que busca ayudar y sobresalir en lo que más nos caracteriza, y es el amor a nuestro pulgarcito y amor a nuestra gente.
Me toco emigrar siendo un joven de 19 años, donde doy primeramente las gracias a Dios, mi familia y a Los Estado Unidos de América por verme recibido y abrir las puertas de oportunidades tanto académicas como laborales, donde me termine de formar como persona, forjando un hermoso hogar, y una carrera profesional.
De ante mano agradezco a nuestra diáspora, los cuales residen en diferentes partes del mundo, gracias por representarnos y gracias por su apoyo incondicional a nuestra gente, ya que a pesar de los obstáculos siempre aportamos con remasas, importaciones o inversiones haciéndonos un motor primordial en la economía salvadoreña.
Quiero trabajar por hacer escuchar la voz de cada uno de nuestros hermanos en el exterior, escuchar sus necesidades y propuestas para hacer juntos un mejor El Salvador, trabajando de la mano con nuestro presidente Nayib Bukele y apoyando los derechos y deberes que tenemos como salvadoreños, y así tener un representante de la diáspora que luche por aquellos que dejamos nuestra tierra la cual jamás olvidamos su deliciosa comida, sus hermosos paisajes y nuestra gente, donde recordamos con alegría nuestra niñez, las calles donde jugábamos con nuestros amigos, nuestra escuela, nuestros barrios o colonias donde nacimos y crecimos, por todos esos sentimientos de nostalgia que recordamos como si fuera ayer.
No importa en el país donde nos encontremos, siempre nos sentiremos orgullosos de decir en cualquier idioma que hablemos soy salvadoreño vengo de la tierra de volcanes y de cielos hermosos, donde tenemos las mejores playas y el mejor plato de comida típica como las pupusas, con pueblos coloridos y gente preciosa, somos salvadoreños, somos la diáspora de El Salvador.