Wuhan ha vuelto a tener casos de coronavirus. Por ello, la ciudad asiática, que fue donde se originó la pandemia, va a realizarle la prueba de la COVID-19 a sus 11 millones de habitantes. La decisión fue tomada tras detectar seis nuevos contagios durante el fin de semana, algo que no ocurría en la urbe desde el pasado 3 de abril.
A partir del 8 de abril, la ciudad comenzó a estar inmersa en una progresiva apertura para volver a la normalidad. Se podía entrar y salir de la misma y no había ningún barrio con el calificativo de «zona de alto riesgo». Pero tras detectarse un nuevo foco de casos, todos en el mismo conjunto residencial, el regreso completo a la rutina está amenazado.
Las autoridades van a realizar test masivos para todos sus habitantes, que permitirán comprobar en menos de dos semanas si la pandemia está controlada como parecía o si existe un rebrote de la misma.
Asintomáticos
Todos los casos detectados en la comunidad de Sanmin son asintomáticos, lo cual preocupa más, puesto que pueden transmitir el virus, aunque no presenten síntomas. Por ello, sus 4.900 residentes han regresado al confinamiento en casa, aunque se confía que todo quede en un pequeño susto cuando lleguen los resultados de las pruebas.