En una época donde poco a poco ciudadanos exigen un mayor control en la regulación de armas en territorio estadounidense, en lo que va del 2023 se han notificado ya al menos 472 tiroteos masivos, habiendo superado con creces la cifra impuesta en julio del 2013, cuando se contabilizaron alrededor de 400 para el mes de julio.
De acuerdo con la Gun Violence Archive (GVA), Florida fue una de las entidades con más incidentes de este tipo reportados en los últimos 2 días, seguida de la ciudad de Boston, en Massachusetts y el estado de Oklahoma.
Autoridades informaron que estos actos provocaron una pausa en actividades cotidianas de la época de verano, tales como carnavales, campamentos, partidos de fútbol de escuelas secundarias, compras, etc.
Entre las últimas tragedias identificadas hasta el momento, en Florida hace poco se reportó el deceso de 3 personas negras debido a un tiroteo que la policía declaró fue a causa de “motivos raciales”. También se informó que el atacante murió en la escena.
Por otro lado, en Boston 7 personas resultaron heridas también la mañana de este sábado por una balacera que se dio en medio de un popular desfile caribeño, evento que fue suspendido.
En esta ocasión, afortunadamente no hubo heridos de gravedad y todos los afectados ya se recuperan tras ser trasladados a centros de salud cercanos, logrando recuperar múltiples armas de fuego durante el operativo que llevó a la captura de 2 individuos.
El pasado viernes por la noche, una escuela secundaria en Choctaw, Oklahoma, fue escenario de un partido de fútbol americano que se transformó en toda una película de horror cuando una discusión terminó en 3 personas heridas por impacto de bala, donde un joven de 16 años falleció en el sitio.
Asimismo, 4 personas más, incluido un joven de 17 años, perdieron la vida por disparos con arma de fuego en un apartamento en Joppatowne, Maryland. Recálquelos que todos estos crímenes sucedieron solamente durante el fin de semana en curso.