El Gobierno del Presidente Nayib Bukele, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, recibió con entusiasmo el reciente anuncio de la extensión del TPS para miles de salvadoreños radicados en Estados Unidos. La Canciller de la República, Alexandra Hill, destacó que, detrás de esta acción, se encuentra el compromiso del Ejecutivo para proteger a la diáspora.
«Todo el esfuerzo en conjunto ha valido la pena, pues estamos claros que, a los salvadoreños amparados bajo el TPS, se les está dando un justo reconocimiento por los aportes que han realizado durante su estadía en los Estados Unidos por más de dos décadas», declaró Hill en una entrevista concedida a Diario El Salvador.
La funcionaria destacó el aporte significativo que alrededor de 241,600 connacionales han brindado a la economía estadounidense desde 2001, fecha del establecimiento del acuerdo. Añadió que la extensión no sólo ayuda a los beneficiarios TPS, sino que también están sus más de 190,000 hijos e hijas nacidos en Estados Unidos, quienes son ciudadanos Salvo-Americanos productivos.
“La extensión del TPS para estos Salvo-Americanos es un paso lógico y fundamental para estas familias”, destacó Hill sobre los descendientes de salvadoreños radicados en el país norteamericano.
Para alcanzar este resultado, la diplomática ejerció un papel de mediadora y representante de los intereses de la diáspora con altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos desde la llegada del Presidente Nayib Bukele a la Presidencia de la República de El Salvador.
“Desde el día 1 de la gestión del Presidente Nayib Bukele hemos mantenido de manera permanente un diálogo y gestiones de alto nivel con funcionarios del gobierno de los Estados Unidos, así también con congresistas y otros actores clave para abogar por una solución migratoria integral y sostenible para los salvadoreños beneficiarios del TPS. Nuestra apuesta es por un estatus regular y permanente”, indicó.
Este esfuerzo no se queda en esferas de reuniones oficiales, sino que ha trascendido con acercamientos con el sector privado, la diáspora y las organizaciones pro-migrantes para lograr un entendimiento de la situación del TPS. Con ello, se busca posicionar el tema migratorio tanto a nivel bilateral, como en la agenda política del Ejecutivo y del Congreso de los Estados Unidos.