Después de que el subsecretario de Estado de EE.UU. para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Kritenbrink, declarara que China había reaccionado de forma exagerada al viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, Pekín respondió con firmeza a la nación norteamericana.
El portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, emitió una declaración para aclarar que la potencia asiática busca mantenerse al margen de asuntos políticos internos de Estados Unidos.
“Fue una líder de EE.UU. quien visitó la isla de Taiwán para apoyar a los ‘separatistas de Taiwán’. Nadie de China ha viajado a Alaska o alguna otra parte de EE.UU. para apoyar a un movimiento separatista allí”, ha reaccionado este viernes el diplomático chino en referencia a Alaska, situada en el Ártico, una región que no fue oficialmente un estado de EE.UU. hasta enero de 1959.
En este marco, el vocero ha asegurado que las acciones de China, en respuesta a la “provocadora visita” de Pelosi a Taiwán son “legítimas, legales y justificadas”, mientras que es Washington el que incumplió su compromiso de ‘una sola China’ y “socavó la soberanía y la integridad territorial” del gigante asiático, acorde a medios internacionales.
También Wang llamó a EE.UU. a volver a cumplir con los tres comunicados conjuntos entre ambos países, que fueron emitidos entre los años 1972 y 1982 como base de las relaciones bilaterales, así como y el principio de ‘una sola China’, en lugar de “echar la culpa, actuar imprudentemente y crear una crisis aún mayor”.
El viaje de la congresista estadounidense, que se considera como la primera visita de una autoridad de ese nivel a la isla en 25 años, hizo sonar los tambores de guerra en la zona y llevó a Pekín a rechazar de forma contundente la acción de Pelosi como una provocación de escala internacional.