Las festividades de fin de año son las más importantes dentro de la cultura japonesa, pero este año se han moderado tras los máximos históricos de nuevos casos de coronavirus en todo el país y las llamadas del gobierno a los ciudadanos a quedarse en casa.
El emperador de Japón, Naruhito, pidió a la gente trabajar unidos durante la pandemia en un discurso de Año Nuevo a la nación grabado en video y difundido el viernes.
“Deseo de todo corazón que todos puedan avanzar en este momento difícil apoyándose y ayudándose unos a otros”, dijo en el discurso, que fue publicado en lugar de una aparición pública anual de la familia imperial durante el feriado de Año Nuevo. El evento fue cancelado este año debido a la pandemia.
El primer ministro Yoshihide Suga también emitió una declaración escrita prometiendo que “protegería la vida de la gente” y trabajaría en “medidas contra el virus y en favor de la recuperación económica”.
“Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio se llevarán a cabo este verano”, agregó, y dijo que los preparativos para los eventos retrasados estaban en marcha.
Aproximadamente 3.480 personas han muerto en Japón de un total de alrededor de 235.700 casos registrados hasta ahora.
Las festividades del Día de Año Nuevo en Japón suelen incluir pasar tiempo con la familia y rezar en los templos locales, donde hordas de personas se desean buena suerte el próximo año.