La escalada de tensión prosigue en Ucrania. La OTAN se reúne este miércoles para analizar la situación y no aprecia una desescalada por parte de Rusia. Su presidente Vladímir Putin ha defendido que Rusia «no quiere una guerra» en Europa y que ve «elementos para discutir» con Estados Unidos y la OTAN.
Washington mantiene que un ataque podría ser inminente y echa más leña al fuego. Algunas tropas rusas en Crimea han vuelto a sus bases, aunque las maniobras militares conjuntas con Bielorrusia continúan hasta el 20 de febrero, según las previsiones de Moscú.
Mientras, Rusia ha negado los ciberataques contra dos bancos y la web del Ministerio de Defensa ucraniano, según publicación de rtve.es.
La Duma ha pedido a Putin que reconozca las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, al este de Ucrania. Una decisión condenada por la Unión Europea y que el Kremlin ya ha admitido que, de producirse, violaría los Acuerdos de Minsk.