El Viernes Santo en Izalco se vive con una devoción intensa y profunda, culminando con la salida de la urna de la Hermandad del Santo Entierro, un momento que marca el clímax del fervor religioso en este municipio. La ceremonia, profundamente arraigada en la tradición y la fe de los izalqueños, atrae a una multitud de fieles tanto locales como de otras regiones, que se congregan para ser parte de este acto de piedad.
La procesión, caracterizada por su solemnidad y respeto, con una duración de más de 12 horas continuas, que comienza al caer la tarde.
La urna, que simboliza el cuerpo de Jesús tras su crucifixión, es llevada en hombros por miembros de la hermandad, vestidos con túnicas tradicionales color negro, que expresa el luto. Las calles se llenan de un silencio reverente, roto únicamente por las oraciones y cantos que acompañan el paso de la urna.
La comunidad de Izalco se une en este evento, preparando las calles y organizando actos litúrgicos que reflejan su fe y devoción. Este acto no solo es un momento de reflexión espiritual sino también una oportunidad para que los jóvenes aprendan sobre las tradiciones y la historia de su pueblo.
El Viernes Santo en Izalco es una experiencia conmovedora, que evidencia la fuerza y la vivacidad de las tradiciones religiosas en esta región. La Hermandad del Santo Entierro, con su urna sagrada, no solo es un símbolo de la Semana Santa, sino también del espíritu comunitario y la fe inquebrantable de los izalqueños.