Para gozar hay que sufrir, pero la Selecta lleva al borde del infarto a sus aficionados, que esta noche le respondió en buena cantidad y al final la vio avanzar a la fase final rumbo al Mundial de Norteamérica 2026. El Salvador empató contra Surinam 1-1, le bastó para amarrar boleto, pero el trabajo se debe acelerar para mejorar en el juego si se quiere soñar con un boleto a la Copa del Mundo.
Hernán Darío Gómez, técnico de la Azul, apostó por el mismo equipo que presentó el sábado pasado en Anguila, esa formación que había generado críticas porque no gustó las formas en el juego, pero que al final de cuentas sacó la victoria que necesitaba para llegar motivado al partido contra los surinameses.
Nathan Ordaz, fue quien dio el pase a Gil, para que anotara el 1-1 ante Surinam.
El combinado insular se paraba líder del grupo F en un estadio Cuscatlán que se apuntó un 10 de nota, porque la afición metió presión desde el silbatazo inicial al abuchear al rival y aplaudir las acciones de los cuscatlecos, que necesitan sumar al menos un punto para acceder a la última ronda de eliminatorias mundialistas rumbo a Norteamérica 2026.
Pero el cuadro caribeño demostró desde su primer toque de pelota que no había llegado al coloso de Monserrat a regalarse, ya lo había advertido en la previa y presentó sus credenciales como un equipo ordenado, que no divide pelotas, toca de primera, no lanza balonazos, pero sobre todo que física y técnicamente es una selección que está lejos de las condiciones que muestran, por tradición, los equipos del Caribe.
La Selecta cumplió el objetivo de avanzar a la última ronda eliminatoria al mundial 2026.
Con todos esos atributos de conjunto, Surinam dio el primer aviso temprano, cuando Jaden Montnor tuvo la primera de peligro, pero desplazó a Jorge Cruz y se anuló la jugada. Mario González ya le había tapado, pero advertía que a base de velocidad podía hacer daño.
La Selecta no estaba cómoda en la cancha y eran los primeros minutos de partido. Luego fue necesario ajustar en defensa por la lesión de Álex Larín, por lesión, pero llegó Diego Flores y por su corredor entró el primer gol, obra de Justin Lonwijk (19’), que entró solo por el medio y batió a González que no tuvo capacidad de reacción.
La coqueta y resplandeciente luna que se asomó por la zona de la popular «Lomita» ya no le brillaba tanto a la Azul, que estaba más cuesta arriba porque perdiendo todavía se podía avanzar de fase, pero dependía de un resultado adverso de Puerto Rico, que a la misma hora que jugaba El Salvador, los boricuas le ganaban 1-0 a San Vicente y las Granadinas.
Desde el banquillo del combinado cuscatleco la indicación a los jugadores era clara y llegaba en gritos y ademanes de Edgar Carvajal, asistente técnico del Bolillo Gómez. El seleccionador principal, por su parte, no cesaba de reclamar al árbitro asistente.
Poco después, al minuto 32 se juntaron cuatro jugadores que saben con la pelota. Tamacas se avivó a sacar rápido de banda para Brayan Gil, que cedió para Nathan Ordaz, que iba con mejor proyección al frente, el de Los Ángeles FC abrió con Jairo Henríquez, la devolvió a Ordaz y este con toque sutil asistió al Comandante Gil para que colocara el 1-1.
La hinchada azul y blanco estalló de alegría, porque el empate era lo mínimo que necesitaba El Salvador para estar en la tercera y última ronda de eliminatorias mundialistas.
Hasta el cierre del primer tiempo la Selecta no sufrió, tampoco pudo marcar el segundo, pero iba a tener por delante 45 minutos para sufrir o para estallar de alegría por conseguir el boleto.
La segunda mitad fue un calco del primero. Surinam nunca renunció a atacar, aunque se halló con una Selecta compacta, que se defendió bien atrás y pobló el medio campo para evitar que Surinam le tocara a placer en esa zona.