La ciudad que vio nacer a una leyenda fue también la que lo despidió con honores. Birmingham se vistió de luto para rendir un último tributo a Ozzy Osbourne, el ícono del rock y alma de Black Sabbath, fallecido el pasado 22 de julio.
Miles de personas se congregaron este miércoles en las calles para acompañar la emotiva procesión fúnebre que recorrió Broad Street hasta el emblemático puente y banco dedicado a la banda, mientras el féretro del músico avanzaba escoltado por su familia.
Sharon Osbourne, su esposa durante 43 años, acudió al homenaje junto a sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis. Visiblemente afectada, se detuvo ante las ofrendas florales y los mensajes dejados por los fanáticos sobre el banco de Black Sabbath, en un momento de recogimiento y silencio familiar.
Las imágenes del cortejo, el llanto de Sharon y la solemnidad del homenaje se volvieron virales en cuestión de horas. El alcalde de la ciudad, Zafar Iqbal, expresó el sentir de Birmingham: “Era importante para la ciudad honrar a Ozzy en el lugar que tanto amaba […] Fue galardonado con la Libertad de la Ciudad y su reciente concierto en Villa Park fue un regreso triunfal. Esta es la despedida que merece”.
Aunque la despedida en las calles fue multitudinaria, la familia confirmó que también se celebrará un funeral privado. Una fuente cercana reveló a la revista People que será una ceremonia íntima, fiel al estilo del propio Osbourne.
En vida, el cantante británico nunca evitó hablar de la muerte. En una columna publicada en The Times en 2011, bromeó con su habitual irreverencia: “No me importa lo que pongan en mi funeral; pueden poner un popurrí de Justin Bieber, Susan Boyle y We Are the Diddymen si les hace felices, pero quiero asegurarme de que sea una celebración, no un festival de desánimo”.
Ozzy, diagnosticado con Parkinson en 2022 y con múltiples problemas de salud a lo largo de su vida, fue más que una estrella de rock para su ciudad natal: fue un hijo pródigo. En medio de flores, guitarras, lágrimas y aplausos, su familia dejó claro que, aunque ya no está físicamente, su presencia sigue viva en cada riff, cada fan y cada rincón de Birmingham.