Durante su visita al país del norte, el Sumo Pontífice se dirigió a las diversas naciones nativas del territorio canadiense, durante un discurso pronunciado en Maskwacis, en la provincia occidental de Alberta.
“Queridos Pueblos Indígenas de Canadá, llego hasta sus tierras nativas para expresarles personalmente mi dolor; para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación; para manifestarles mi cercanía; para rezar con ustedes y por ustedes”, manifestó el máximo jerarca de la Iglesia Católica.
Miles de niños indígenas fueron separados de sus familias y llevados a internados dirigidos por sacerdotes y religiosas católicas desde finales del siglo XIX y hasta la década de 1990, como parte de un programa que pretendía crear una integración cultural de los nativos con la cultura blanca gobernante.
“Pido perdón por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia cooperaron en proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada promovidos por los gobiernos, y que culminaron en el sistema de las escuelas residenciales”, señaló el Papa.
El gesto del Papa -algo que había sido pedido durante muchos años por los pueblos afectados- fue recibido con aplausos en Maskwacis, una comunidad indígena al sur de Edmonton en la que se dieron cita miles de personas de las naciones originales, mestizos y católicos blancos.
Estuvieron presentes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y Mary Simón, la primera gobernadora general indígena del país.