En los últimos años, la salud mental ha emergido como uno de los temas centrales para millones de personas, especialmente en el ámbito empresarial y entre los especialistas. Dentro de todos los elementos que la componen, uno en particular ha cobrado gran relevancia: el amor propio, un aspecto que no recibió la atención necesaria en su momento, lo que dio lugar a una serie de problemas.
El amor propio se refiere a la relación que cultivamos con nosotros mismos. Va mucho más allá de sentirnos seguros al mirarnos al espejo, ya que impacta nuestra capacidad para enfrentar los desafíos y también influye en cómo nos relacionamos con quienes nos rodean.
Este concepto ha ganado tanta aceptación y presencia en la vida cotidiana que algunas personas han decidido llevarlo un paso más allá. Así es como surgió la “sologamia”, que consiste en casarse con uno mismo como una forma de afianzar el amor propio, reivindicar el matrimonio tradicional y también la soltería, la cual ha sido históricamente vista de forma negativa.
En qué consiste la “sologamia”
En 2011, diez mujeres en Bilbao se congregaron para declarar públicamente su amor propio y contraer matrimonio consigo mismas. Lo que inició como un acto lúdico y rebelde contra el matrimonio tradicional en realidad aprovechaba un movimiento ya en marcha a nivel mundial: la sologamia.
Por definición se entiende que la sologamia o el acto de casarse con uno mismo, va más allá de ser una tendencia en el cine; se trata de autodeterminación, de poner la propia felicidad en primer plano y llevar a cabo un acto simbólico que, aunque a algunos les parezca inusual, encierra un mensaje profundamente revolucionario.
Las motivaciones para optar por el automatrimonio incluyen reafirmar la relación con uno mismo y demostrar que estar soltero no implica estar incompleto o solo. Aunque genera cierta controversia, la sologamia sigue ganando popularidad en todo el mundo, especialmente entre las mujeres.
La sologamia busca reivindicar la soltería, evitar que las personas pregunten si hemos encontrado a nuestra media naranja o por qué somos el único miembro de la familia que ‘todavía no ha sentado cabeza’. Con esta tendencia, las personas prometen darse a sí mismas lo que a menudo buscan de otras.
Así son los matrimonios de la “sologamia”
Los matrimonios con uno mismo no están legalmente reconocidos en ningún lugar del mundo, por lo que no suponen ningún derecho legal adicional si alguien opta por esta tendencia. Sin embargo, las personas que eligen la sologamia lo hacen como símbolo de compromiso consigo mismas y con su crecimiento personal.
Hoy, esta práctica se está convirtiendo en una realidad, tanto que, según The Sun, cada vez son más las mujeres millennial que, hartas de Tinder y de la presión de familiares y amigos, deciden buscar a su propia alma gemela con ellas mismas. Incluso, hay organizaciones que hacen más fácil el proceso.
Desde 2014, una agencia de viajes de Kioto, Japón, ofrece paquetes de bodas en solitario de dos días. Hay quienes eligen la ceremonia para sentirse como novios por un día, mientras que otras ya se han casado y no están satisfechas con su experiencia de boda o con su elección de pareja.
El matrimonio en solitario no se realiza mediante un único rito, no hay un método preciso, es un acto simbólico sin trascendencia jurídica, que cada uno puede negarse a realizar según le parezca. Se puede hacer la promesa en completa soledad, quizá delante de un espejo, o jurar amor eterno delante de amigos y familiares y después celebrarlo en una fiesta.
La elección es personal, al fin y al cabo, nosotros mismos somos el único elemento que cuenta. Una relación amorosa también puede terminar, como en el caso de la modelo brasileña Cris Galera, que celebró una ceremonia con vestido blanco y ramo de flores y después puso fin a la relación consigo misma solicitando el divorcio.