La privatización del agua es un peligro histórico y latente en nuestro país. Los tentáculos del poder económico en la Asamblea Legislativa a través del partido ARENA siempre han babeado en su intención de privatizar y hacer del vital líquido su negocio.
ARENA y privatizar es un juego de palabras que siempre han estado íntimamente ligados. No hay uno, sino 32 ejemplos donde el partido tricolor dejó en manos privadas y de sus financistas bienes públicos. INCAFE, ANTEL, cierre del IRA, por mencionar algunos.
El FMLN que históricamente ha ocupado el tema del agua en su agenda electoral, durante los 10 años que fueron gobierno también mostraron un desinterés agudo, una inoperancia imperdonable; recordando que estamos hablando de un tema tan vital de derechos humanos.
Alrededor de 14 años pasaron en la Asamblea Legislativa con un desinterés total en la aprobación de una ley general del agua, y cuando por fin recurrieron hablar del tema se redujo a una discusión estéril, hasta el punto de volverla a encajonar. Una y otra vez, una historia cíclica.
Por más de 30 años soportamos que mientras los diputados de ARENA y FMLN hacían su acostumbrada función circense, El Salvador se convertía en el país con el peor escenario hídrico en Centroamérica. De acuerdo a los últimos estudios, en nuestro país se prevé que para el 2022 se registre un 80% de estrés hídrico en el territorio.
Para atender un tema, es necesario conocerlo de manera directa, en el territorio conocí que son más comunes los escenarios donde las personas caminan kilómetros para obtener el vital líquido, escenario que no creo que los políticos de siempre sufrieran una miopía para no verlo; sino, ellos simplemente son títeres y responden a intereses de las grandes corporaciones.
Además, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cerca de la mitad de los habitantes de los países en vías de desarrollo sufren problemas de salud provocados por unos deficientes servicios de agua y saneamiento. Juntos, el agua sucia y un saneamiento deficiente son la segunda mayor causa de muerte infantil en el mundo.
Pero no todo es negativo, en El Salvador se abre un nuevo escenario, a partir del 1 de junio del 2019, con la entrada del Presidente Nayib Bukele, quien ha dejado claro su postura que no permitirá la privatización del agua y con una nueva Asamblea Legislativa, comprometida y respaldando las iniciativas en materia del vital líquido del actual Gobierno, será uno de los primeros pasos para garantizar ese derecho humano a los salvadoreños.
Por mi parte, creo firmemente en garantizar el derecho humano al agua. Desde el PARLACEN buscaré la creación de políticas, programas y planes efectivos. Es momento de priorizar y dejar consignas estériles y trabajar de manera comprometida.
Es necesario garantizar el agua de manera saludable, suficiente, de calidad, asequible y físicamente accesible. Es necesario crear un plan de trabajo basado desde los conocimientos técnicos, pero sobre todo desde el interés social y humano. Porque la no privatización del agua no es un dilema de interpretaciones, es una obligación.